jueves, 11 de marzo de 2010

Un mundo cae y otro se levanta.



Todo surge, en un momento dado y breve, unas palabras cortas, dichas con cariño, cruzan el espacio e inevitablemente aparece una amistad, que en poco tiempo arrasa con los límites de la confianza plena y aparece lo que me gusta llamar "el error". En ese momento te inunda un mar de sentimientos, tales como la culpa, la decepción, el miedo, la tristeza o una profunda soledad y en tu cabeza una pregunta retumba una y otra vez ¿POR QUÉ?

Cuando algo así pasa, rememoras cada momento y tumbada en la cama distingues tu culpa de la suya, con miedo a errar en tu pensamiento. No puedes ver si la confianza ahora es hipocresía o simple arrepentimiento y rabia.

Todos dicen que él es un manipulador, lo sientes, pero algo en ti se revela y te reconcome pensar que tal vez su cariño te convenció de la cara amable y en realidad, hipoteticamente, existe otra cara, más amarga basada en otro error, pero suyo. Los pensamientos te confunden y su presencia también. Por un lado te repugna y por otro te acaricia su calor y lo que pudo ser amistad ahora es un baibén, una brújula sin norte.

Decides perdonar, pero él está ciego por sí mismo u sus palabras para ti sólo regalan más culpavilidad de la que cargas. Día tras día te decepciona su mirada caída y su cara de pena al mundo, la rabia que te invade acaba siendo un resquemor y más tarde sólo ignorancia de su existencia... La ves sin ver y es cuando prefieres pensar que cuando un mundo cae, otro se levanta.

Decides no errar más, no caer en la misma piedra, decides no confiar ciegamente y aunque en tus momentos bajos prefieres sola que mal acompañada, resurges cual Fénix de cenizas del error. Las nuevas caras ya no te dan miedo, te enfrentas a ellas como llegan y no dejas que te jodan más. El tiempo cura las heridas por profundas que sean y más aún si en tu camino de espigas alguien te acompaña amándote incondicionalmente.

Pienso, si la vida es corta e inevitablemente te conduce a un fin, no te ates a lo perdido, no llores por quien disfruta de tus lágrimas, no duermas con miedo y no odies jamás. Disfruta de un soplo de aire fresco, un rayo de sol en invierno, una mirada que habla sin palabras y un dulce sentimiento.

Ama, pero, por encima de todo, jamás pierdas el tiempo.

Tirsá Lluesma.

viernes, 5 de marzo de 2010

Els amants.

Els amants - Vicent Andrés Estellés.



No hi havia a València dos amants com nosaltres,
Feroçment ens amavem des del mati a la nit
Tot ho recorde mentre vas estenent la roba
Han passat anys, molts anys, han passat moltes cosses;
De sobte encara em pren aquell vent o l'amor
i rodolem per terra entre abraços i besos.
No comprenem l'amor com un costum amable
com un costum pacífic de compliment i teles
es desperta , de sobte, com un vell huracà
i ens tomba a terra els dos, ens ajunta, ens empreny.
Jo desitjava, a voltes, un amor educat,
en marxa el tocadiscos, negligentment besant-te
ara un muscle, i després el peço d'una orella.
El nostre amor és un amor brusc i salvatge
i tenim l'enyorança amarga de la terra,
d'anar a revolcons entre besos i arraps.
Què voleu que hi faça! Elemental, ja ho sé.
Ignorem el Petrarca i ignorem moltes coses.
Les Estances de Riba i les rimes de Becquér.
Després, tombats en terra de qualsevol manera,
comprenem que som bàrbars, i que això no deu ser,
que no estem en l'edat, i tot això i allò.
No hi havia a València dos amants com nosaltres,
car d'amants com nosaltres en són parits ben pocs.